Algunas veces se
acerca a la villa de Narán un gran ciervo rubio con una imponente cornamenta dorada. Lo envuelve una luz cálida y sus ojos luminosos son la muestra de que
es un ser mágico. Su nombre es Curadhan y los mayores dicen que es uno de los Guardianes del Mundo, que trae buena suerte y que su llegada anuncia alguna aventura que aún está por comenzar. Se mantiene siempre a buena distancia observando, muy quieto,
sobre la colina.
Cuando los más jóvenes lo divisan, corren a la empalizada con gran alboroto para poder verlo mejor.
Cuando los más jóvenes lo divisan, corren a la empalizada con gran alboroto para poder verlo mejor.
Curadhan, el Gran Ciervo |
No hace mucho tiempo,
un día en el que caía una de las peores nevadas del año, el ciervo fue visto de
nuevo. Unos pocos se dieron cuenta entonces de que, cuando camina, no deja
huellas ni rastro de ninguna clase. Fue la primera vez que permitió que algunos
se le acercaran lo suficiente para poder descubrir que entre sus grandes astas,
atados con cintillas rojas, transporta mensajes de tierras lejanas que invitan
a emprender largos viajes.
Desde que
desaparecieron los mayores ya no se le ha visto más …