viernes, 4 de enero de 2019

Charlie, el mago humano


“Y si somos la raza más abundante, ¿no tenemos descuento al comprar en el mercado?”

Charlie es un niño humano, de todas las razas que viven en Dyss la de los humanos es la más común. Sus padres eran magos itinerantes y viajaron por todas partes: ciudades, pueblos y aldeas. Utilizaban su magia para ayudar a gente con distintos tonos de piel, formas de vestir y peinados raros. Como suele ser normal, los humanos se adaptan bien a vivir en sitios muy diferentes, desde lugares donde hace mucho calor hasta los que como te descuides te crece el hielo en las orejas. Sus viajes acabaron cuando en Narán nació el pequeño Charlie, y por fin decidieron quedarse a vivir en esa bonita villa para poder criar a un bebé tan especial, nada menos que el hijo de dos grandes magos. Tenían claro que querían criar a su hijo y enseñarle que el poder requiere responsabilidad, por lo que se empeñarían en formarle para usar sus artes con sabiduría y para ayudar a los demás, y nunca para hacer trampas ni aprovecharse de ellas.

Charlie, el mago humano

Charlie nació con el don de la magia y sus padres le han enseñado a desarrollarlo con el tiempo tras largas horas de dedicación. El pequeño ha aprendido grandes lecciones de su madre, entre ellas que para poder hacer magia es una condición indispensable trabajar
Varita de Charlie
duro y dedicar muchísimo esfuerzo y largas horas de estudio a las artes mágicas. De su padre aprendió que la magia permite comprender las leyes de la naturaleza y  el mago puede manipularlas mediante viejas fórmulas matemáticas.

Lleva con él una varita mágica que le regaló su abuela en su último cumpleaños. A Charlie siempre le han apasionado los animales y ha aprendido a utilizar su magia para transformarse en pequeños cachorros de varias especies. Cuando lo hace puede volar siendo un halcón, nadar siendo un delfín y morder siendo un cocodrilo.