martes, 4 de junio de 2019

LA BALADA DEL REY TRANSPARENTE, Capítulo 5: Seréis mi almuerzo


Una vez nuestros pequeños héroes, junto al rey Arturo, se ponen en camino, el día pasa muy rápido. Todo está tranquilo y el sendero despejado. Hay algunos habitantes en la zona, por lo que siempre es buena idea andarse con cuidado ya que nunca sabes a quién te puedes encontrar por ahí.

Tras unas horas caminando, Alpha la pequeña loba de Elen, es la que alerta a nuestros protagonistas de que algo no va bien. Empieza a gruñir enseñando sus pequeños y afilados dientecillos. El grupo se para y de pronto dos enormes lobos negros con aspecto muy feroz y pelaje desaliñado les rodean, uno por delante del camino y otro por detrás.

gran lobo negro
Los lobos rugen mientras enseñan sus enormes colmillos y comienzan a acercarse con malas intenciones. La yegua del rey se asusta mucho y Arturo la intenta tranquilizar acariciando su cabeza y susurrándola para que se calme.

Elen muy valientemente se acerca a uno de los lobos y como puede hablar mágicamente con los animales, le suplica por favor que no les coman, a lo que el lobo negro responde sin compasión: ¡seréis mi almuerzo!. Elen regresa junto a sus compañeros de un salto y Charlie saca su varita mágica que emplea sobre él mismo intentando convertirse en cocodrilo. “Cocodrilum Cocodriler” grita el pequeño, pero el hechizo no funciona y se queda como el niño mago que es, todavía humano.

Steisy muy valiente desenfunda su puñal y su espada corta, regalo de su padre, y se
otro gran lobo negro
abalanza sobre uno de los lobos. El lobo intenta defenderse pero la chica gato es mucho más rápida y le golpea con ambas armas. En ese mismo instante el lobo se transforma en un humo negruzco que se queda flotando cerca de Steisy.

Elen muy veloz saca el jarro de Pandora y lo acerca al oscuro vaho. El humo negro comienza a ser absorbido por el jarro como por arte de magia y cuando se mete por completo se escucha un lejano aullido que viene del fondo del jarro. Ya tienen a uno atrapado, ahora a por el otro.

Charlie se encuentra ante el otro enorme lobo negro, que le gruñe mientras se le cae la baba espumosa de las fauces. El niño mago intenta otro hechizo esta vez se transformará en una criatura mitológica, un grifo, un animal que tiene la mitad trasera de león y la delantera de águila, con unas grandes alas y zarpas afiladas. “Grifo Griforum” dice el niño mientras mueve la varita sobre su cabeza… y esta vez… ¡si funciona!. Charlie comienza a convertirse en un grifo, empieza a salirle pelo de león en las piernas y plumas de águila en los brazos, su cabeza se transforma en la de un águila y le sale cola de león. Ya como un
Charlie convertido en Grifo
pequeño grifo se enfrenta valientemente ante el lobo que se ha quedado paralizado de miedo al ver al “nuevo” y amenazante Charlie. De un solo zarpazo del grifo, el lobo se deshace en un humo negro y de nuevo Elen, con mucha destreza, se coloca cerca el jarro mágico y el humo se mete en él con rapidez. Otro aullido lejano se oye del interior del jarro cuando la oscura niebla se introduce del todo.

El rey Arturo, sorprendido les da la enhorabuena, ya que han luchado como bravos guerreros, han dado la talla y se siente orgulloso de haber elegido a unos guías tan valientes. Muchos mayores no hubieran solucionado tan bien esta peligrosa situación, tienen cuerpecitos de niños pero corazones de guerreros.

Muy contentos y animados continúan el viaje y llegan a la bifurcación de donde sale otro pequeño sendero que conduce al pantano, este es el que Tom, el hijo del alcalde les dijo que no siguieran, podría haber bichos muy peligrosos. Elen propone a sus amigos adentrarse en el pantano, ya que puede haber criaturas de las que se escaparon del jarro mágico de Pandora y así podrían vencerlas y devolverlas de nuevo al jarro, igual que a los “despelujados” lobos negros que acaban de vencer. A todos les parece buena idea y Steisy se muere de curiosidad por saber que habrá en los peligrosos pantanos. Sin embargo el rey Arturo les recuerda que han venido a ayudarle con su problema y que deben llegar al Lago de Cristal para buscar el Castillo Bocabajo y si entran en los pantanos quien sabe cuando completarían su cometido. Los niños entran en razón y deciden continuar su camino, quizás a la vuelta puedan entrar y ver que hay en los misteriosos pantanos.

A buen ritmo de marcha, a la hora de comer llegan a su destino. El lago es bastante grande, de aguas azules y apacibles. Cuando llegan todo parece estar en calma. Está muy tranquilo, no se ve a nadie en la zona y el sol brilla sobre el agua. El sitio tiene una atmósfera irreal, como si el lugar fuese mágico. Bueno, es que lo es...

En el centro del lago se puede ver un pequeño islote donde crece un árbol de tonos rosados. Aunque está un poco lejos para poderlo ver bien desde la orilla, tiene toda la pinta de ser el árbol mágico del que habla la leyenda. La verdad es que el Lago de Cristal es precioso y los niños y Arturo se sientan a descansar, contemplando el bello paisaje.

la isla del Lago de Cristal